De Sotres a los Puertos de Áliva
La ruta de los Puertos de Áliva es perfecta para comprender el origen glaciar de Picos de Europa, y que estas montañas un día fueron hielo, y el blanco el único color del paisaje.
Desde Pandiello nos dirigimos a Arenas de Cabrales, de aquí a Poncebos, donde arranca la carretera que va a Sotres. Justo antes de llegar hay una curva muy pronunciada a la izquierda. Frente a esta, arranca una pista a la derecha. Este es el camino que nos lleva hasta Áliva, y aquí dejamos el coche. Desde nuestra casa hasta este punto, hay una media hora abundante.
La mañana es espectacular. Los jirones de niebla se prenden en las rocas, y en la ladera de las montañas tempranea el otoño.
Vega de Sotres
La ruta no tiene pérdida. Nuestro caminar sólo debe seguir la pista que se abre camino paralela al río Duje, que corre en el fondo del valle.
En seguida dejamos a la derecha una invernal de cabañas ganaderas, la majada del Texu, y unos impresionantes riscos de piedra a la izquierda.
Seguimos la pista, todavía amable, hasta las cabañas de la Vega de Sotres, en uso continuo, y en perfecto estado. Están al pie del Pico Escamellau (2079 m). Allí hay una fuente de agua fresca y riquísima, la única hasta el final de la ruta, por lo que recomendamos llenar aquí las cantimploras, y respetar el entorno. A los pastores, con razón, les molesta que gente sin sensibilidad se lave en ella los pies, o llenen el pilón de jabón u otras sustancias. Sugerimos respetarlo.
A partir de aquí comienza la pendiente, amable pero continua. En seguida llegamos a la morrena final del antiguo glaciar. Se ve en los miles de cantos con aristas afiladas, depositadas allí hace miles de años por la lengua del glaciar, que se fue consumiendo hasta desaparecer, dejando como legado su tesoro de piedra.
A los pies de Peña Vieja
Una valla nos marca el paso de Asturias a Cantabria: es La Raya. La pista sigue, y pronto llegamos al canto errante, Castillo de la Llomba’l Toro, vigilante de piedra olvidado en la cresta que separa las dos morrenas del valle glaciar, claramente en forma de U.
Las suaves praderías lamen el gris de la roca escarpada, que se desnuda. El camino hacia la izquierda nos lleva, por la Llomba´l Toro (en otros sitios llamada La Cuchilla’l Alba), hasta el refugio de Áliva, y desde allí vislumbramos, a los pies de Peña Vieja (2.619m) y del impresionante Macizo Central, el chalet real, llamado así por haber sido refugio del rey Alfonso XIII, en alguna incursión a la caza de rebecos en la zona de Picos. Cuentan las malas lenguas que no fueron sólo rebecos lo que divirtió entonces al rey, y que se adivinan rasgos borbones en alguno de los habitantes de la zona.
- La raya
- Castillo de La Llomba’l Toro
- Chalet real a los pies de Peña Vieja
Final feliz
Estamos a sólo 4 kilómetros de Espinama y Fuente Dé. Pero hay que volver. Comenzamos el regreso, ahora todo cuesta abajo. El camino nos depara una grata sorpresa. En la zona del Castillo de la Llomba´l Toro encontramos una manada de asturcones, que muy amablemente nos dejaron acercarnos, y fotografiarlos.
El viento se enreda y gime en los riscos. El cielo plomizo confunde su gris de piedra con el de las peñas. El Duje canta en el fondo del valle. La lluvia se anuncia en el aire. Una última parada en la fuente para refrescar la garganta y saludar a los pastores, y llegamos, cansados y con frío, soñando con un relajante baño humeante en alguno de los jacuzzis de La Cortina, y después, un chocolate caliente frente a la chimenea. Broche de oro para un día perfecto.
- Río Duje
- Asturcones
- Fuente en la Vega de Sotres
Track de la Ruta en Wikiloc
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